miércoles, 24 de octubre de 2007

El arte (y la ciencia) de decir: NO!



La escena es así:

- ¿Otra chela?
- (Silencio)
Te llenan el vaso y pasa un rato, conversas, te ries, y se acaba el vaso
- ¿Otra chela?
- (Silencio)
Te llenan el vaso y pasa un rato, conversas, te ries, y se acaba el vaso


Se repite el dialogo unas cuantas veces más (en mi caso no muchas), hasta que pierdes la cuenta y de pronto despiertas al día siguiente en alguna parte de tu casa oliendo a una mezcla de alcohol, mierda y pucho, y si eran amigos cercanos puede que amanezcas en tu cama y sin el olor a mierda.

Si no te ha pasado, eres de las personas que admiro y si te ha pasado, eres de los infelices como yo que no tienen el arte de decir NO.

Decir SI, es fácil, cualquier pregunta a la que respondas sí, implica consentimiento, quiere decir que estas de acuerdo con tu interlocutor. Tu interlocutor no te va a hacer roches. Son respuestas tan fáciles como: "si, a mi también" o un simple movimiento de cabeza, suficiente, la armonía del mundo esta asegurada.

Decir NO, puta que joda, es decirle al otro, no estoy de acuerdo, no pienso hacerte caso, ¿eres huevón?, como se te ocurre algó así. Claro que casí siempre uno lo hace con la mayor hipocrecia diciendo: creo que no... enfrentémoslo de una vez "creo" y "no" suenan muy estúpidas en una misma oración ¿ok?.

En primer lugar prefiero no contradecir a la gente en cosas que no son muy importantes para mí, incluso a veces (huevón yo) he cedido en cosas que si me importan solo porque no quiero pelear. En segundo lugar a veces no digo no, porque en realidad me da flojera dar explicaciones, no estoy muy bien en el arte de las excusas. De chibolo nunca me pude quedar en mi jato fingiendo estar enfermo.

Hace unos fines de semana, tenía el plan perfecto. Era sabado por la tarde, me había comprado unas pelis en polvos azules (Dios los bendiga y protega en su infinita bondad!), eran casi las 8 de la noche. Ya estaba disponiendome a pedir la pizza de rigor y meterme en mi cuarto a desconectarme del mundo... hasta que sonó el celular (a veces sirven, a veces no). Contesté, use la maldita "creo que no", me insistieron y bueno sucedió lo que tenía que suceder (felizmente no llegue a pedir la pizza). Media hora después estaba rumbo hacia una muy conocida noche-nada. Personalmente cuando no estoy de humor para salir, no suelo divertirme mucho y termino en una noche-nada como aquella. Regrese tarde, un poco tomado y más aburrido que cuando salí. Cuando me desperté ya no había almuerzo, me dolía la cabeza y la pela de Tarantino estaba metida en el DVD (prendido igual que la tele)... Demonios volví a fallar!.

Cuando no sabes decir no es muy común eso de las noches-nada y no solo en eso, he tenido: días-nada, chambas-nada, libros-nada, peleas-nada, platos de comida-nada... en fin esas cosas nada-nada que tanto me joden. Todo eso me pasa por no decir que no y lo se. Me cuesta y se que es por tratar de evitar el conflicto. Se que soy violento, y puedo reaccionar desproporcionadamente. Pero estoy comenzando a pensar que la gente que exige insistentemente un si de mi, es realmente más violenta que yo. Comienzo a darme cuenta de lo peligroso que es no decir que no, en lo agresivo que es exigir un si, en lo aburridas y caras que son las noches-nada. Son lo peor para el alma y la billetera.

Mi proposito de hoy: Diré que no, aunque sea por joder!.

Nota: la definición "noche-nada" la encontré aquí: http://lindimismayo.blogspot.com/2007/07/bebo-me-idiotizo-luego-no-existo.html. Me pareció tan buena la definición que ahora es mi excusa cuando no quiero salir... creo que estoy copiando ese blog inconscientemente!. Sorry Jimena, pero esta muy bueno.